miércoles, 20 de agosto de 2014

Sosa Wagner y la precipitación mediática

Yo no sé hasta qué punto la unión es necesaria. Leído los argumentos en pro y determinados comportamientos electoralistas constatados, tengo que decir que de momento, no me convencen mucho.
Entiendo que las limitaciones al desarrollo de las propuestas políticas que se establecerían en esa suerte de unión electoral, con la naturaleza y forma de ambas formaciones, harían peligrar el fin de todo un proyecto consolidado y con fuertes amarras políticas. De momento, y a falta de argumentos convincentes, es mi opinión.

 No obstante, no veo la imposibilidad de establecer ese debate. Ahora, éso si, bajo los tiempos, formas, espacios y reglas fijadas, como por ejemplo ya se hizo en el II Congreso de UPyD (al que yo por cierto no asistí). Entiendo que la decisión democrática de los representantes elegidos por los afiliados no gustase a algunos, pero fue la decisión mayoritaria y legítima de ésa cámara. Por tanto, internamente se exige respeto y cumplimiento, lo que no significa ausencia de discrepancia. ¡Faltaría más!

Sin embargo, la discrepancia planteada en éste aspecto no debería generar una sensación de fractura o descomposición del proyecto, de puertas para dentro y para afuera. Si llegados a ese punto, la realidad es ésa, considero que la discrepancia se ha planteado bastante mal, máxime cuando hay canales bien definidos para plantearla correctamente

No entraré a juzgar los planteamientos que ha expuesto el eurodiputado Sosa Wagner en el conocido artículo, pero si quiero resaltar que con sus declaraciones públicas, este cargo electo de UPyD ha preferido saltarse deliberadamente a un órgano interno del partido, en donde podría haber abierto ése "debate de la unión" sin grandes problemas. Me refiero al Consejo Político Nacional (al que por cierto pertenece), que entre sus competencias estatutarias está -y cito-: "Aprobar las uniones, federaciones y coaliciones de carácter permanente con otros partidos y grupos políticos. El acuerdo requerirá el voto favorable de al menos 2/3 de sus miembros" (Art. 32. Punto.2 J.. Estatutos de Unión Progreso y Democracia).

Como puede observarse, canales para plantearlo, desde luego, haberlos haylos. Él mismo, por ejemplo, podía haberlos usado cuando en el II Congreso de UPyD, votó en contra de las enmiendas que abordaban este tema. La crítica de los resultados obtenidos en las elecciones europeas por UPyD y que fundamenta su defensa de la necesaria unión con C's, también podía haberla planteado en el Consejo Político Nacional del pasado mes de junio, cuando se hizo un análisis interno de los resultados y tuvo a bien declarar dentro y fuera: “Estamos muy satisfechos de los resultados electorales”

Decir que Rosa Díez, la dirección, la cúpula o "los de arriba" se cierran a ése debate por miedo o por deseo de acumular poder, es completamente irreal, y propio de quienes soportan durante mucho tiempo el peso de las orejeras de un caballo de cruzadas. 

Lo que si es cierto, es que la dirección de UPyD se cierra a tener un debate mediático; un debate que quede fuera de las normas y garantías de la casa, y que en definitiva, son comunes para todos sus habitantes.

Es verdad, no lo neguemos. En la dirección de UPyD no hay un interés por abrir a la opinión medianera de muchos medios de comunicación y a los vaivenes de la Metroscopia y sus tertulianos, lo que debería ser en todo caso un debate interno, sereno, concienzudo y respetuoso.

He de decir que realmente me alegro de que en la dirección de UPyD se tenga tan clara esa postura y responsabilidad. Una cosa es desarrollar el valor erótico de la transparencia interna, y otra bien distinta caer en el vicio del "voyeurismo" colectivo en la Política, que tanto parece gustar en las democracias en tiempos de crísis y que sólo acaba generando dinámicas destructivas.


A don Francisco Sosa Wagner, la seducción de la precipitación mediática, por las razones que sean, le ha podido. 
Su militancia, su cargo orgánico y su encargo público, le han conferido una responsabilidad personal y colectiva de grandes dimensiones que en este caso -con toda su buena educación y mesura prosaica-, o no ha querido o no ha sabido medir.  

Finalizo extendiendo todos mis respetos a las posturas de quienes no convengan conmigo.

Saludos!

2 comentarios:

  1. Usted dice: bajo los tiempos, formas, espacios y reglas fijadas, el debate sería posible.

    Y yo opino que la experiencia interna, al menos sobre ese tema, demuestra que no es posible. La “sugerencia” de Sabater se obvió. En la web-Resoluciones políticas del II Congreso.¿Donde está el documento que demuestre que se debatió y votó? ¿falta de transparencia u omisión?

    Y sin embargo después de la debacle general del 25-M ( y después de un CPN de junio con la inercia de los parabienes) y con el muy dudoso futuro para los próximos 18 meses se hacen necesarias estrategias que cambien la trayectoria parabólica en que hemos entrado. FSW optó por tratar de romper una lanza y él sabrá porqué lo hizo en forma pública, pero lo que me parece cierto es que el tema no puede quedar congelado hasta que se abra la nevera en el próximo Congreso ni debe ser dejado de lado por un problema de formas.

    Después de una lanza rota y la vajilla de diario hecha trizas por la violenta reacción de unos pocos de nuestros susodichos ilustres, que han transformado en grave crisis interna y en público lo que no me parece más que un educado desliz, opino que lo mejor sería pasar a la trastienda, poner las barbas y trenzas a remojar, para poner en marcha lo que, conforme con usted, “debería ser en todo caso un debate interno, sereno, concienzudo y respetuoso”.

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    1. Respeto su opinión y de buen agrado, Antonio Valverde, pero ya le digo que los tiempos, formas, espacios y reglas que se han fijado en esta organización, si permiten debatir un asunto como éste. Otra cosa es que el resultado de ese debate no sea el que uno desearía -cosas de la Democracia-.

      Fíjese usted: si don Francisco hubiera sido lo suficientemente paciente y responsable, el próximo 2 de septiembre, hubiera tenido la oportunidad de salir a la palestra del Consejo Político Nacional de UPyD -del que es miembro electo-, y plantear este "debate de la unión". ¿Hubiera sido beneficioso? Mucho. Yo he sido miembro de ese órgano durante 4 años y le puedo confirmar que debates internos e intensos hay "a puñados" en cada reunión. Los consejeros que así lo quieren, salen al estrado plantean sus posturas a favor o en contra de algo, e inexplicablemente... ¡no pasa nada! Ahora, si que es verdad que hay veces que se aplauden mucho las propuestas, y otras veces que apenas se oyen las palmas. Hay veces que alguien rebate, o se suma a la propuesta, y otras en las que se queda solo... (gajes del oficio). En fin, lo lógico en un órgano deliberativo como es ése.

      Don Francisco, podría haber planteado ése debate suyo que tanto le carcome su cabeza y corazón magenta y haberse quedado la "mar de a gusto". Seguramente habría recibido muchos apoyos, o quizás no... pero lo habría hecho como se espera de un afiliado responsable, de un concienzudo consejero político, de un destacado cargo público y sobre todo -y no se olvide usted- de un reconocido catedrático de Derecho. ¡Ah el valor del respeto a la norma!

      Aquí, como en tantas situaciones, pasa que cuando te sales del sistema en el que te integras, desencadenas una suerte de situaciones descontroladas. Ésa es la principal consecuencia de la precipitación. Si te vas a la calle con un debate que sabes y eres consciente que debería ser interno, el espacio de debate cambia, y por qué no, también cambian las formas y los tiempos. En definitiva cambian las reglas. ¿Cómo no va a poder responderte un compañero/a de tu mismo partido en el medio que libremente has elegido para expresarte, si no está conforme con tus formas o planteamientos? Sin un respeto a la forma, ya no hay garantía de igualdad en el debate... ¿Cómo no va a haber derecho a la réplica pública, si el debate, deliberadamente y a sabiendas, lo has conducido tú al Público? ¿O es que sólo vale la ratificación o el silencio? ¿Dónde quedaría el debate entonces?

      Coincido plenamente con usted en éso deque la vajilla está hecha trizas. Lo detesto igual que usted. Pero aunque pueda haber culpables de los rotos, seamos conscientes que el responsable del destrozo es quién no supo atenerse a los tiempos, formas, espacios y reglas desencadenando un espectáculo bochornoso.

      El mal está hecho, aunque confío en que haya posibilidades de volver hacer las cosas como siempre debieron hacerse...

      Un saludo!

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